viernes, 19 de agosto de 2011

Energia Kundalini

En el marco del Hinduismo, la kundalinī es una energía invisible e inmedible representada por una serpiente (o a veces por un dragón), que duerme enroscada en el muladhara, el primero de los chakras.
La manifestación de la energía Kundalini -la frecuencia de vibración-, se conecta con el término sánscrito Chaitanya, la fuerza integrada de los cuerpos fisiológico, mental, emocional y espiritual.
La energía “femenina” enroscada y latente, está referida al vasto potencial de energía psíquica contenida en todos nosotros.
La Kundalini puede ser descrita como una gran reserva de energía creativa en la base de la columna vertebral. No es útil sentarse con la conciencia fija en nuestra cabeza y pensar  que la Kundalini es una fuerza ajena que sube y baja por nuestra columna.
Esta energía también está relacionada con el propio almacén personal de energía sexual. Kundalini toma la energía sexual en su forma sin refinar y la convierte en energía espiritual refinada de una frecuencia extremadamente elevada, la que entonces permite el cumplimiento y activación de las actividades paranormales, tales como una experiencia fuera del cuerpo de buena calidad, la telepatía, la conversión materia-energía y la comunicación con entidades que habitan las vastas áreas de nuestro universo multidimensional.
La energía Kundalini representa la energía cósmica de la creación, que en la sabiduría india también se denomina Shakti o la manifestación femenina de Dios. Este aspecto activo del ser divino provoca todas las manifestaciones de la creación.
En la mayoría de las personas la energía Kundalini sólo fluye a través de Sushumna en proporción escasa. A medida que va despertándose por un desarrollo creciente de la consciencia, va ascendiendo a través del canal de la columna vertebral en un flujo siempre creciente, y activando los diferentes chakras. Esta activación produce una extensión de los centros energéticos y una aceleración de sus frecuencias.
La energía Kundalini alimenta los chakras con la vibración energética que faculta a los hombres para ir abriendo paulatinamente en el curso de su evolución todas las facultades y energías que actúan en los diferentes planos energéticos y materiales de la creación, con el fin de integrar dichas energías en su vida.
Durante su ascenso, la energía Kundalini se transforma en una vibración diferente en cada chakra, correspondiente a las funciones del chakra respectivo. Esta vibración es mínima en el centro radical y encuentra su máxima expresión en el centro coronal. Las vibraciones transformadas, son retransmitidas a los diferentes cuerpos no materiales o al cuerpo físico, y se perciben como sentimientos, ideas y sensaciones físicas.
El grado en que una persona permite la acción de la energía Kundalini depende del grado de conciencia que tenga en los diferentes ámbitos de la vida representados por los chakras, y de la medida en que el estrés y las vivencias no procesadas hayan causado bloqueos en los chakras. Cuanto más consciente es una persona, tanto más abiertos y activos están sus chakras, de forma que la energía Kundalini puede fluir a través de ellos con más intensidad; y cuanto más intenso sea este flujo de energía, tanto más activos se volverán los chakras, lo cual, a su vez, despierta una mayor conciencia. De esta forma surge un ciclo permanente de mútua influencia, tan pronto como empecemos a eliminar nuestros bloqueos y a recorrer una senda del desarrollo de la conciencia.
El poder entrelazador de esa elevación de la Kundalini es, realmente, la esencia misma de quienes somos “todos”.  Es una danza de energías que involucra tanto a los elementos activos como a los pasivos en el universo físico. A medida que nos equilibramos en nuestro cuerpo físico, toda la esencia de nuestra persona (y de nuestro universo de percepción) comienza a cambiar. De alguna manera logramos “conectarnos” y nada vuelve a ser igual.

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